Llámame cuando estés triste, cuando tu corazón funcione al revés y vaya minando cada defensa de tu corazón. Cuando no puedas andar porque te tiemblan demasiado las piernas y tus manos, estúpidas, no puedan parar la caída. Cuando te sientas morir, llámame, seré esa absurda persona que pondrá su cuerpo antes que el tuyo, que preferirá morir antes de que un ángel se vaya y robe la felicidad del mundo entero.
Te amo pequeña.
jueves, marzo 18, 2010
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