lunes, marzo 08, 2010

Sweet fourteen

Recorrió aquel maldito paseo durante horas, de principio a fin y de fin a principio. Mirando las olas y viendo como cada vez la tarde se iba haciendo más noche. Ojalá ella estuviese aquí. Mirar el mar, mirar el mar calma la tempestad que existe en su cabeza. Al fin y al cabo, sus lágrimas nunca habían tenido un sabor tan salado.
Melancolía... vaga, profunda, sosegada y permamente.

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