miércoles, julio 28, 2010

miércoles, julio 21, 2010

Sweet thirty-six

Voy a subir hoy todas las entradas del otro blog que tenía en borradores, por falta de tiempo o ganas de subirlas anteriormente, las leí ayer y algunas están muy bien y otras son realmente simples o melancólicas, pero no están nada mal para no perder la esencia inicial con la que hice este blog. Dejar correr mi melancolía.

"Miles de escalofríos, algunas náuseas, ¿Como había llegado a sentirse asi? Tal vez había sido el alcohol, pero lo dudaba, aquella noche no había bebido tanto como para llegar a llorar. Y lo estaba haciendo, deseaba que fuesen lágrimas de dolor, o causadas por la borrachera, pero no, era tristeza, y dolor...
If I'm not back again this time tomorrow, carry on, carry on as if nothing really matters. Aquella era su banda sonora esa noche, no era la mejor noche de su vida, y solo asomarse a la ventana y sentir las gotas de lluvia en su cabeza mientras se tambaleaba entre la vida y la muerte le calmaban. Era una noche fría, de esas que solo son apetecibles para pasar junto a alguien."



"No era un buen día, ¿nunca os habéis despertado con esa sensación? Yo si, supongo que hacía muchísimo tiempo que no, pero hoy si. Me dolía todo el cuerpo como si estuviese entumecido, y en las casi cinco horas que llevo despierto no he podido parar de sentir como pequeñas agujas se clavan en la piel de mis brazos haciendo que me duela moverlos.
También era tristeza, una tristeza inmensa"



"Bailaba, bailaba solo. En el tejado del edificio él bailaba, cojiendo a su mujer invisible daba vueltas entre las mojadas tejas. Poco a poco, sintiendo cada gota que caía en su pelo. Un paso, no, otro más, tampoco. ¿Por que demonios nunca resvalaba? Siguió bailando con la nada, apoyando su frente en un hombro invisible, dejando que sus lágrimas mojasen un poco más las tejas a falta de otro lugar en el que caer.
Cerró los ojos y continuó bailando, entonces ocurrió, un pie pisó mal y todo su cuerpo cayó, se golpeó con muchas tejas y finalmente...vacío. Igual que en su mente en su cuerpo había vacío. Pum! adiós. "



"Desgárrame, destrózame, acaba con mi cuerpo sacando cada una de las partes de mi tirando, sin piedad, por favor, llévatelo, llévate lejos mi corazón. Se quedó inutil de tanta anestesia al dolor."

Interesantes, ¿eh?

Sweet thirty-five

You don't understand it, I can't tell it by your smile.

Look at me standing here on my own again...

Sweet thirty-four

Supongo que podría poner cualquier cuento absurdo o simplemente poner "Te echo de menos" pero... no.
Una princesa no se merece un cuento absurdo ni menos aún una única frase, ni creo que le hiciese ilusión que le dijese esa frase.

Hoy escuché una canción "Wake me up when September ends" de Green Day,y... ¿quien no la conoce?, si hasta los que odian el grupo con seguridad la habrán escuchado alguna vez de la que van en coche o simplemente en algún bar, como me ha pasado a mi hoy.
Nada más empezar esa canción sentí como aquel sentimiento recorría todo mi cuerpo. Melancolía. De nuevo corría por todas las venas con placentero dolor, como un frío incesante. Recordé casi sin quererlo aquel día de hacía apróximadamente un año, como no espero que lo recuerden los que conmigo vivieron aquel día.
Yo si lo recuerdo, había bancos, había cámaras, había una sudadera negra que ahora descansa en mi armario, había miradas al cielo y suspiros perdidos por viejos amores. Pero sobre todo reinaba ese ambiente de calma que produce la mezcla del verano y una despedida.
¿Se acordarán ahora? Espero que al menos una persona si.
Sin duda, incluso aquellos que no crean en la magia si en aquel momento hubiesen estado en aquel parque creerían que si existe.
Curiosamente en aquel momento pensaba que si yo vivía era por cosas como esa. Pequeños momentos que me daban la felicidad momentanea o como poco se grababan en mi mente. A día de hoy, un año después puedo decir que las cosas cambiaron (vaya que si) y en cuanto a mi pequeño universo paralelo que se hace llamar mente, también. A día de hoy soy un tonto que disfruta de los pequeños momentos como el que más, si, en eso no he cambiado, pero... hay algo que podríamos llamarlo "gran momento" que... se mantiene, sigue ahí, pasa el tiempo y... al contrario de lo que siempre había pasado... se queda. E incluso parece que crece. Y, sinceramente, esta vez no da lo mismo, sinceramente esta vez me encanta, y no podría hacer otra más que amarla, amarla del mejor modo que yo pueda. Porque una princesa no se merece menos.
Y una damisela... puf... no digamos ya.



Te amo.

martes, julio 13, 2010

Sweet, sweet thirty-three

Bueno.. tenía esto en uno de mis borradores del otro blog, el suprimido/restaurado. Lo escribí el 25 de Enero de este año, y, la verdad, me cuesta entender de que hablo... no tengo ni idea. Incluso me pregunté si lo habría sacado de un libro (y sigo pensando que es posible) pero me ha gustado tantísimo, que aun siendo posible que ya lo haya copiado y pegado aquí, volveré a hacerlo:

"A veces me pregunto durante horas que soñabas. Realmente me quema por dentro no habertelo preguntado. ¿Que era?, ¿Que demonios era?, ¿Por que me dejaste con esa maldita duda? No se porqué en aquel momento no le di importancia, pero mi mente, como si fuese mi mejor amigo o mi peor aliado guardó aquellas palabras, aunque realmente creo que las atesoró como hizo con todas y cada una de tus palabras, de tus respiraciones y tus miradas. Asi que ahora están en mi mente, tus palabras resuenan desde hace semanas, ¿Que soñaste? ¡¡¡¡Dímelo!!!! Pero ya es tarde para preguntarte... demasiado tarde, y yo solo quiero saber eso, nada me quema más por dentro que la curiosidad, y la idea de que me pasaré otra noche despierto por miedo a cerrar los ojos y echarme a llorar de miedo."

Realmente dulce, como un buen caramelo, y ahora otro más actual:

Un 22 de Diciembre de 1972 fueron rescatados los dieciseis supervivientes de un accidente aéreo que tuvo lugar en la cordillera de los Andes (jugadores de un equipo de fútbol americano uruguayo y sus familias).
Un mismo 22 de Diciembre pero esta vez de 1989 la puerta de Brandeburgo se abre, acabando con treinta años de división de las dos Alemanias.

Aproximadamente veinte años después, el 22 de Diciembre de 2009 era Martes, empezaba con crueldad el invierno y las calles estaban medio vacias. Empezaban, también, las vacaciones en colegios e institutos, y se notaba en el aire un cierto toque de calma.
Recuerdo todas y cada una de las sonrisas de aquel día, recuerdo como le cogí la mano y no creo que nunca pueda olvidar su respiración agitada al contacto con mi hombro.
Sentir su corazón me adormecía, iba rápido pero a un rítmo dulce. He de admitir que con cada latido me hacía sonreir un poco en la penumbra de aquella habitación. Olor a sal, calor concentrado en mantas y miradas fugaces que hacian que se me escapase la risa.
Música que ahora produce escalofríos en aquellos momentos ayudaba a hacer la incredulidad más palpable. Al igual que sus brazos junto a mi cuerpo.

Welcome sweets memories. Sin duda, ella es especial.

Sweet thirty-two

Insignificancia... tal vez en ella resida el porqué de las cosas pequeñas, para muchos lo insignificante es aquello que no importa, que es prescindible e incluso tan diminuto que ni si quiera merece la pena posar la vista más de un segundo en ello.
Para solo aquellos que se paren a mirar los pequeños detalles de la vida la insignificancia esperará con sus puertas abiertas, ya que, para ella, las cosas pequeñas hacían de la vida algo grande.


Lamentablemente algunos se consideraban amantes de las pequeñas cosas de la vida y no eran más que simples aficionados que asienten con la cabeza mirando un cuadro en el que solo ven rayas sin ver ese maldito... algo más.