martes, julio 13, 2010

Sweet, sweet thirty-three

Bueno.. tenía esto en uno de mis borradores del otro blog, el suprimido/restaurado. Lo escribí el 25 de Enero de este año, y, la verdad, me cuesta entender de que hablo... no tengo ni idea. Incluso me pregunté si lo habría sacado de un libro (y sigo pensando que es posible) pero me ha gustado tantísimo, que aun siendo posible que ya lo haya copiado y pegado aquí, volveré a hacerlo:

"A veces me pregunto durante horas que soñabas. Realmente me quema por dentro no habertelo preguntado. ¿Que era?, ¿Que demonios era?, ¿Por que me dejaste con esa maldita duda? No se porqué en aquel momento no le di importancia, pero mi mente, como si fuese mi mejor amigo o mi peor aliado guardó aquellas palabras, aunque realmente creo que las atesoró como hizo con todas y cada una de tus palabras, de tus respiraciones y tus miradas. Asi que ahora están en mi mente, tus palabras resuenan desde hace semanas, ¿Que soñaste? ¡¡¡¡Dímelo!!!! Pero ya es tarde para preguntarte... demasiado tarde, y yo solo quiero saber eso, nada me quema más por dentro que la curiosidad, y la idea de que me pasaré otra noche despierto por miedo a cerrar los ojos y echarme a llorar de miedo."

Realmente dulce, como un buen caramelo, y ahora otro más actual:

Un 22 de Diciembre de 1972 fueron rescatados los dieciseis supervivientes de un accidente aéreo que tuvo lugar en la cordillera de los Andes (jugadores de un equipo de fútbol americano uruguayo y sus familias).
Un mismo 22 de Diciembre pero esta vez de 1989 la puerta de Brandeburgo se abre, acabando con treinta años de división de las dos Alemanias.

Aproximadamente veinte años después, el 22 de Diciembre de 2009 era Martes, empezaba con crueldad el invierno y las calles estaban medio vacias. Empezaban, también, las vacaciones en colegios e institutos, y se notaba en el aire un cierto toque de calma.
Recuerdo todas y cada una de las sonrisas de aquel día, recuerdo como le cogí la mano y no creo que nunca pueda olvidar su respiración agitada al contacto con mi hombro.
Sentir su corazón me adormecía, iba rápido pero a un rítmo dulce. He de admitir que con cada latido me hacía sonreir un poco en la penumbra de aquella habitación. Olor a sal, calor concentrado en mantas y miradas fugaces que hacian que se me escapase la risa.
Música que ahora produce escalofríos en aquellos momentos ayudaba a hacer la incredulidad más palpable. Al igual que sus brazos junto a mi cuerpo.

Welcome sweets memories. Sin duda, ella es especial.

1 comentario:

  1. yo lo viví de otra manera..
    que te gusta mi prima la de cuenca? xDDD
    ais que dos♥

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