miércoles, julio 21, 2010

Sweet thirty-four

Supongo que podría poner cualquier cuento absurdo o simplemente poner "Te echo de menos" pero... no.
Una princesa no se merece un cuento absurdo ni menos aún una única frase, ni creo que le hiciese ilusión que le dijese esa frase.

Hoy escuché una canción "Wake me up when September ends" de Green Day,y... ¿quien no la conoce?, si hasta los que odian el grupo con seguridad la habrán escuchado alguna vez de la que van en coche o simplemente en algún bar, como me ha pasado a mi hoy.
Nada más empezar esa canción sentí como aquel sentimiento recorría todo mi cuerpo. Melancolía. De nuevo corría por todas las venas con placentero dolor, como un frío incesante. Recordé casi sin quererlo aquel día de hacía apróximadamente un año, como no espero que lo recuerden los que conmigo vivieron aquel día.
Yo si lo recuerdo, había bancos, había cámaras, había una sudadera negra que ahora descansa en mi armario, había miradas al cielo y suspiros perdidos por viejos amores. Pero sobre todo reinaba ese ambiente de calma que produce la mezcla del verano y una despedida.
¿Se acordarán ahora? Espero que al menos una persona si.
Sin duda, incluso aquellos que no crean en la magia si en aquel momento hubiesen estado en aquel parque creerían que si existe.
Curiosamente en aquel momento pensaba que si yo vivía era por cosas como esa. Pequeños momentos que me daban la felicidad momentanea o como poco se grababan en mi mente. A día de hoy, un año después puedo decir que las cosas cambiaron (vaya que si) y en cuanto a mi pequeño universo paralelo que se hace llamar mente, también. A día de hoy soy un tonto que disfruta de los pequeños momentos como el que más, si, en eso no he cambiado, pero... hay algo que podríamos llamarlo "gran momento" que... se mantiene, sigue ahí, pasa el tiempo y... al contrario de lo que siempre había pasado... se queda. E incluso parece que crece. Y, sinceramente, esta vez no da lo mismo, sinceramente esta vez me encanta, y no podría hacer otra más que amarla, amarla del mejor modo que yo pueda. Porque una princesa no se merece menos.
Y una damisela... puf... no digamos ya.



Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario