miércoles, marzo 10, 2010

Sweet fifteen




Allí estaba él, con las ventanas de su balcón abiertas de par en par, con sus dedos finos y largos danzando sobre aquellas teclas blancas y negras. Corriendo como si estuviesen asustados a un ritmo frenético en ocasiones y otras muy despacio, dándole intensidad con aquellas notas a cada uno de sus sentimientos.
La música que salía del interior de aquel monstruoso piano resonaba en la habitación, las notas golpeaban las paredes y se escapaban por el único hueco: el balcón.
Magia saliendo de una pequeña ventana, de un pequeño rincón. Miles de sentimientos expresados con un llanto musical, un sin fin de rabietas, de lágrimas y alegrías huían de sus manos esperanzados en alcanzar alguien que lograse entenderlos. Y desde su comprensión, supiese responderle del mismo modo.
Su música sobrevolaba toda la ciudad. Los ciudadanos asombrados dirigian su mirada hacia el lugar del que provenía, sin duda aquel chico tenía talento. Había algo en su música que producia un profundo dolor de corazón.
¿Qué se podía esperar si no de la melodía más triste?

2 comentarios:

  1. Está hecho todo un artista,sin duda.Me gustaría escuchar esa canción ¿podría ser?Aver si con mis poderes llegan a mis oídos esas notas mágicas y a la vez tristes (:
    Beso!

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  2. oooohhh... :) que cosa tan bonita has escrito, por dios!! :)
    Suena mágico y romántico en el sentido más triste del mundo :)

    un beso!!! :)

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