jueves, octubre 14, 2010

Sweet

Aquella melodía tan suave, parecía incluso frágil, como si en cualquier momento se fuese a romper, como si en cualquier momento cuando callese en mis manos se fuese a romper en cientos de pedazos tan diminutos que mis ojos solo podrían advertir un polvo apenas coloro, pero sin duda con una belleza despanpanante, convirtiendose en una de esas cosas que solo ves una vez en tu vida. Y debes sentirte afortunado si lo haces.
Una vez me preguntaron qué veía en las mujeres, que me gustaba de ellas. Y si tuviese que responder, tal vez respondería lo mismo que he dicho de la melodía anteriormente citada. Sin duda no todas las mujeres tienen ese toque tan... especial, si lo tuviesen la magia se iría con tanta rapidez como las notas pueden huir de un piano mal tocado.
Tiempo después, un día y como por arte de magia, pensé si aquella persona que me lo había preguntado y a la que le había revelado al decirselo uno de mis secretos más grandes y personales, contenía todo lo que le había dicho.
¿Tenía acaso un poco de magia en sus manos para que al tocar las mías me produjese un escalofrío?, ¿Sus ojos traspasaban la frontera de mi cordura?, ¿Sus labios podían reflejarse en mi mente durante horas sin que ninguna otra cosa pudiese turbar su imagen?
Fueron tiempos dificiles, sin duda, pero cada día me planteaba una u otra de esas preguntas, o incluso las tres juntas. Hasta que un día, cuando la miré, me di cuenta que si. Que las reunía todas, que cuando me miraba, una melodía sonaba en mi cabeza y las notas sonaban acordes a los latidos de mi corazón.
Si, supongo que en ese momento me di cuenta, y si, supongo que desde ese día hasta hoy no me la he podido quitar de la cabeza. Y solo espero que pueda cuidar esa fragilidad, porque no quiero ver el hermoso polvo deslizandose entre mis manos y alejandose, prefiero ver la hermosa melodía que dura y nunca termina, una incabada, de esas cuyo fin no está definido, y solo las escuchas e imaginas que pasaría después, pero no se sabe.

Curioso día el de hoy, es Octubre. Oh, vamos, ojos verdes.

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