domingo, mayo 02, 2010

Sweet twenty-seven

Realmente ya no le importaba si le escuchaban, aquellos gritos que su garganta emitía entrecortados representaban en realidad el dolor de su corazón. Se estaba muriendo, y estaba pidiendo a gritos abandonar su cuerpo. Aquel cuerpo ya putrefacto, dolorido de tantas horas de maltrato físico y psicológico hacia si mismo.

No le quedaba ya un maldito músculo en todo su cuerpo que no le costase mover, no por dolor si no por cansancio. Tenía tanto que darte, tenía tanto amor guardado para ti. Gritaba, el dolor le corrompía, le mataba. Estúpidas canciones que nunca se había parado a escuchar hoy le producían un dolor casi tangible.

Matt lo siente mucho, pero no puede escribir más, de nuevo no vuelve a tener fuerzas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario